24 jul 2011

LA IDENTIDAD Y DIVERSIDAD ANTE LA MIRADA PEDAGÓGICA

La existencia es biográfica


     La identidad se va dibujando día a día; primero trazamos un bosquejo de nosotros mismos.  Muchas veces erramos porque lo hacemos según la imagen que proyectan los demás de nosotros o porque trazamos algunas de nuestras líneas, guiados por la admiración que sentimos por quienes aparecen exitosos.  En otras ocasiones, rebajamos nuestra imagen, antes de luchar; ya, porque hemos perdido la confianza en nosotros o, porque una mala imaginación anticipatoria del dolor, nos hace huir de los retos y errores preparatorios de todo lo que algún día será grande. 

   En un mundo globalizado, donde prima la conectividad pero no la comunicación; en un mundo de grandes avances tecnológicos pero no proporcional crecimiento personal; en un mundo que busca dominar el espacio, donde prima la preocupación por el cuerpo ostentoso, la comidad, el placer y la apariencia; en un mundo donde no hay tiempo para el ensimismamiento, para consolidar una familia o una verdadera amistad; en un mundo donde se buscan leyes que sólo se acomoden a nuestra realidad pero sin considerar el deber ser; en un mundo donde se busca lo efímero porque ya no se cree en el compromiso, ni se asumen responsabilidades; en un mundo donde no hay espacio para el descubrimiento de sí ni del otro; donde el hombre "a la moda", el siempre "joven", el "in", el escándalo, dan lugar a fama y espacio; en un mundo consumista que tiene como indicador de éxito los logros tangibles; en un mundo donde la violencia es el escenario sin límites que abarca nuestras vidas; en un mundo que hay cada vez más al alcance distintas formas de evadir la realidad; en un mundo así... no cabe duda que los educadores tenemos mucho que decir... sobre el saber ser, sobre el saber actuar, sobre el saber obrar, sobre el saber convivir, sobre el saber saber

  Sí, tenemos mucho que decir y hay que saber decirlo; no sólo respecto el contenido o ideas que debemos transmitir; sino sobre la forma como hacerlo para ser escuchados; para ser entendidos, para ser un real aporte educativo a nuestros pequeños, adolescentes, jóvenes o adultos educandos.   En un mundo tal como lo hemos, a grandes rasgos caracterizado, es difícil descubrir nuestro ser, condición primera para realizarse y  verdaderamente educarse.  Es aquí, en esta forma del decir educativo que, para ser tal, debe con-mover nuestro ser, nuestra intimidad, donde el lenguaje del cine puede aparecer como un excelente medio, si se sabe interpretar, criticar y apreciar en todos sus alcances.
           
Los dos nacimientos
• Dicen que nacemos a lo menos dos veces: La primera, cuando dejamos el vientre materno para adentrarnos en un mundo no creado por nosotros; la segunda, cuando descubrimos quiénes somos. 
 •Descubrir y experimentar nuestra identidad, implica mucho más que averiguar qué pensamos, creemos, hacemos o expresamos; pues todo ello puede ser causa y producto de una vida ajena a nuestro auténtico ser.  ¿Qué papel debemos jugar los educadores en ese descubrimiento? ¿Cómo llevarlo a cabo?

Si consideramos las distinciones que hacer Revilla sobre los elementos que conforman nuestra identidad, de beríamos mencionar: 1) El cuerpo como apariencia física, como imagen que nos presenta y proyecta ante nosotros y ante los demás. 2) El nombre que social y legalmente nos identifica (registro Civil, carnet de identidad, pasaporte, etc.). 3) La autoconciencia y la memoria que nos da la dirección que queremos imprimir a nuestra existencia y esa continuidad  o mismidad que trasciende todo cambio, permitiéndonos decir: Soy yo “el mismo” aunque distinto y 4) Nuestra sociabilidad que nos expresa a través de una forma de comunicarnos con los demás. Agregamos, a estas cuatro dimensiones que conforman nuestra identidad. 5) La sexualidad,  con una forma única de ser femenino o masculino. 6) La nacionalidad, con un patrimonio tangible e intangible, histórico - cultural y una forma de ser ciudadano. 7) La moralidad, con una forma de enfrentar nuestros deberes y derechos, de enfrentar nuestros vicios y virtudes  identidad religiosa, etc.  8) La religiosidad, con nuestras creencias y fe en un origen y destino que da un sentido y valor diverso a  nuestras vidas o existencias.
¿Qué visión del cuerpo, de la sexualidad, del amor, de la fe, del trabajo, del dinero, de la familia, etc. nos muestran los diversos medios de comunicación masiva y qué nos muestra el cine? ¿De qué modo puede influir el cine en el descubrimiento y realización de nuestra identidad, en convivencia con la diversidad que es propia de la riqueza de seres; pero que también puede esconder o manifestar afanes destructivos o diversas bajezas? Puede el cine ayudarnos a esa necesaria reflexión sobre sí mismos y sobre los demás, para encontrarnos y guiar a otros en ese necesario camino de maduración, realización imprescindibles para una sana y fructífera convivencia?  ¿Cuáles son los condicionantes que debemos superar  como personas y como profesionales de la educación para descubrir nuestra verdadera identidad, nuestro estilo y forma de ser persona y la forma auténtica de comunicarnos?  ¿Cuáles son las dificultades de ser y de ser en y con los demás?  ¿Cuál es el papel del educador, frente y junto a la familia y a otros guías o agentes sociales, en el descubrimiento y consolidación de nuestra identidad  y de una convivencia justa y en paz?

Algunas interrogantes orientadoras en el proceso de búsqueda de la identidad:
 • ¿Podrías distinguir entre lo que has sido y hecho de quién realmente eres?
 • ¿Podrías distinguir entre lo que los que te rodean quieres que seas y quién realmente eres?
 • ¿Podrías distinguir entre la imagen que has hecho de ti a partir de lo que dicen los demás y aquel verdadero retrato que tal vez aún no descubres?
•Encandilado por el atractivo de la comodidad, de lo seguro y la popularidad, ¿podrías distinguir entre la imagen que has diseñado para el éxito y quién realmente eres?
•Apremiado por las urgencias, cada vez mayores, ¿podrías distinguir entre lo que es cambiante y circunstancial y lo que da continuidad a tu vida porque es convicción de ser y te constituye?
•En una sociedad mediatizada, que vive de la publicidad, ¿podrías distinguir entre lo que exige la masa opinante para aceptarte y quien realmente anhelas ser, porque es quien realmente eres?
• Las artes surgen para expresar con belleza nuestros mundos…Hoy, ¿vas a ellos para encontrarte en la música, en un guión o imagen o, al revés, dejas que te invadan y te haces a sus imágenes y semejanza?
•En la ruta de nuestras vidas, el hogar o familia debe ser lo permanente, el segundo útero que te acoge y nutre para que te desarrolles y, ya fuerte, seas tú… En esa misma ruta surge el educador co profesional que saber como enseñar a ser, actuar, obrar, convivir y saber.  ¿Podrías afirmar que has contado o cuentas con un hogar que resguarde y cultive tu proceso de ser y convivir? ¿Podrías también asegurar que has contado o cuentas con auténticos educadores que han dispuesto todas sus capacidades y competencias al servicio de la formación de seres íntegros como personas, a quienes podrás algún día dar gracias porque aprendiste algo que te permitió mucho más que rendir una buena prueba o aprobar una asignatura?

 Identidades
 •Identidad de ser que te dice hacia dónde ir, por qué comprometernos y para qué y cómo existir.  Reto de ser que da sentido a todo actuar y quehacer; que direcciona las potencias en un camino de superación que es humilde afán constante de infinito crecimiento. Presencia de ser que supera toda apariencia y que sólo es visible ante en entendimiento y la sensibilidad de quien se mueve desde el ser.
 •Identidad de ser necesaria para descubrir la identidad del otro en el amor verdadero; en el sacrificio que te hace feliz más allá del dolor y el bienestar.  Identidad que desde la intimidad te hace añorar el encuentro con un tú y cuidar de toda la naturaleza y de toda obra en pos de un bien personal o común.
 •Identidad de servicio a la humanidad que refleja tu vocación de amor a todo descubrimiento y creación auténtica, conformadores de la ciencia y de la cultura en todas sus variedades y, por lo mismo, enriquecedora a través del diálogo que reconoce la diversidad.
 •Identidad de los pueblos que no se pierden en el anonimato porque respetan la herencia dejada por incontadas historias de sacrificio y honor y que, por lo mismo, reconocen la dignidad de todos los pueblos porque los conforma la misma esencia.  Identidad que se responsabiliza ante el que lo requiere; pero nunca agrede porque su afán no es el dominio.
•Identidad de credos que si son auténticos tienen como horizonte la nobleza, la dignidad y la bondad de los más nobles ideales de vida. Credos que se basan en el amor porque toda fe auténtica es un don que mueve las virtudes de la humildad, la misericordia, la caridad, la justicia, el respeto.

Ficción e identidad
       Existe hoy una contraposición entre el mundo real y el mundo virtual; donde lo virtual aparece como una reproducción perfecta del mundo sensible, de la simulación, la apariencia.  Así, es fácil caer en el mundo de la conectividad sin comunicación, de la imagen sin sustento real; así, nos encontramos con los yoes reales y los yoes virtuales.  Nos consta que el mundo virtual no ha hecho más que crecer, lo que puede ser excelente si no se confunde lo virtual con lo real; sino, por el contrario, se pone al servicio de   éste.  Así, podemos asistir a una conferencia en el otro continente; lo que antes era imposible; el problema es cuando lo virtual aparece como sustitutivo de la realidad.   Ejemplos de esto último, es fácil encontrar en Facebook, donde la persona hace ostentación de apariencias o hace aparecer una parte como el todo o, simplemente, engaña y se engaña con una vida y a cara bonita hecha a la medida.  Igualmente, nos debe hacer reflexionar el mundo del "Second Life" donde muchos crean una vida social y afectiva muy lejana a la realidad. 

    Vivimos tiempos en que es fácil perder la identidad, tanto propia como la de los demás, confundiéndo la persona real con el personaje, con la ficción; entonces, ya no sabemos qué representa a qué: si la ficción a la realidad o si la realidad a la ficción.  Por ello se adoptan modas, surgen Programas que buscan el el "Yo soy...." que aparezca el otro: quien no soy yo" y... se aplaude al otro; al de la fama.  Lo mismo acontece en la influencias de las modas en el lenguaje, forma de vestir, pensar, enfrentar el mundo y sus relaciones con él.  La moda aparece como un medio al que recurren diversos personajes; pues hoy la moda  vende identidad... Según la marca, según el estilo.... eres...   Confundidos, sin identidad, subyugados por la fama o espacios que acaparan la mirada y aplausos de muchos, más fácil que intentar descubrirse y descubrir al otro: adoptamos personajes o estilos de moda: una forma de sentirse perteneciendo a algo aunque sea falso; una forma de sentirse importante, de facilitar la decisión de decidir y pensar que podría no ser la más popular o fácil de llevar.

       Es bueno tener presente, entonces, que el consumismo no se restringe a un afán de comprar, sino que su mayor peligro es que quien consume identifique su sentido de vida, sus anhelos, con lo comprable, con lo vendible y negociable.  Por ello, quien hoy se apropia de un producto de marca o asiste a un Pub de renombre, pasa a tener el equivalente a los antiguos linajes o apellidos. Hoy el consumismo implica una forma de hacer, de representaciones e identificaciones: comprar o adquirir ostentando, gastar (despilfarro y/o suntuosidad como hábito y no en forma extraordinaria), consumir de tal modo crear elites sociales según edades, género, ideologías, tribus urbanas.  La identidad se compra en los almacenes, boutiques.  Se simula, se representa; es la moda de las reproducciones de la obra de arte.

Camino de excelencia personal y profesional.
           La única forma de llevar a la auténtica identidad y convivencia en diversidad es enseñar a ser, a descubrirse e insistir en que, como toda educación, es un camino que implica intenciones, actitudes, disposiciones, retos, decisiones, procesos, acciones, obras, evaluaciones, éxits y errores.  Se trata de un camino de competencia no con el otro; sino consigo mismo. Crecer como personas; realizarse, tener excelencia... Jaime de Casacuberta dirá "La excelencia es a una persona lo que los motores a una nave espacial; fuerza de arranque, sustentación y aceleración. (...) La excelencia personal es una actitud para hacer lo mejor posible con la información y recursos disponibles"  (Despega. Ed. Norma, Chile 2008, pág. 19 - 21).

          El reto es grande en un mundo confundido, violento, lleno de rencores, de dolores, de temores.  Por lo mismo, es importante el reto: Ni perfectos; ni mediocres... Ser excelentes no implica ser perfectos; sino hacer lo mejor posible con los talentos y recursos que se cuenta.  La persona excelente sabe que la vida es un viaje de perfeccionamiento, de superación; que no se parte desde la cumbre sino que se camina hacia ella.  Se diferencia del ser mediocre que no da todo lo que es sino el mínimo. Esto nos lleva a tener presente algunos riesgos que debemos superar.

Riesgos a superar:
a) La dispersión de energías que nos agotará y dejará una sensación de inseguridad.  Se la supera con concentración y perseverancia en lo que se ha propuesto; con "ob-ligarse" (ligarse, a- comprometerse) a terminar lo que se ha comenzado. La fortaleza es lo que nos permitirá perverar a pesar de los obstáculos que siempre surgirán, de las dificultades de las tareas (nada importante es fácil), de tener que corregir una y otra vez (es propio de quien intenta nuevos caminos).  Es importante confiar en nosotros y quitar de nuestra mente la frase "voy a tratar" por "lo haré y lo mejor posible"
b) El error no debe ser considerado como tiempo perdido sino como aprendizaje; como experiencia que nos indica la necesidad de buscar otra alternativa.  Toda gran obra, implica antes muchos papeles que van a dar al tacho de la basura: son requisito de aprendizaje.  Por ello, existe lo que se llama "ensayo"
c) El perfeccionismo que puede llevar a lo que Casacuberta llama "parálisis por análisis".  El perfeccionista se exige lo imposible: la perfección.  Insistimos, la excelencia consiste en hacer lo mejor posible con los recursos -talentos- conocimientos y medios que se cuenta.  Por ello, más importante que el resultado o producto, es el camino y la actitud de dar lo mejor de sí, en cada momento de nuestras vidas, que son un camino de superación.

Interesante es la reflexión sobre el siguiente poema que muchos atribuyen a Jorge Luis Borges, teniendo presente, por supuesto, que es un "poema":
       "Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico.
       Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, Subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares a los que nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.
     Yo fui de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada momento de su vida, claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría solamente de tener buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, solo de momentos, no te pierdas el ahora.
     Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.
    Si pudiera volver a vivir, comenzaría así hasta concluir el otoño, daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños si tuviera otra vez la vida por delante... Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo... "

              Sólo quien tiene un para qué vivir, puede enfrentar cualquier cómo que le presente la vida.  Mientras los animales se encuentran en la vida, sin otro cometido que vivir, el ser humano toma conciencia de su ser, de su existencia, del mundo... Esta conciencia le lleva a una serie de interrogantes: ¿quién soy; cuál es el por qué y el sentido, ya no sólo de esta u otra acción, sino de la existencia misma; soy feliz? La fuerza para superar los retos de la existencia, requieren de un sentido de vida ¿Cómo descubrirlo?
 Será su propia experiencia de vida, la vivencia de situaciones límites que debió superar como sobreviviente de cuatro campos de concentración nazis, la que llevará al psiquiatra Víctor Frankl, a proponer su llamada logoterapia, como método de análisis, sanación o potenciación de la existencia.  La responsabilidad, nos dirá, es siempre ante un deber y los deberes sólo pueden ser interpretados a partir del sentido de la vida.  Quien vive a nivel de profundidad de sentido, tiene capacidad de compromiso, fidelidad, responsabilidad. Esto explica la situación en que cae quien, contrariamente a su ser, en la huida o evasión neurótica, trata de vivir una existencia “presentista”, vivir sólo el día a día, sin consideraciones pasadas ni futuras; sin sentido y sin deberes, sin compromisos ni valores por los cuales velar. También cae en esta falta de sentido quien vive en la embriaguez no sólo efecto de drogas o alcohol, sino de los medios o de sus propias obras o trabajo, despojados de su sentido y valor. Resaltan, entre estos últimos, quienes sufren la llamada “neurosis dominical”, cuando el trabajo o estudio pasan a ser una forma de huida de sí mismo y de los demás; cuando no se quiere por comodidad o por temor enfrentar el mundo.

          Por el contrario, quien logra descubrir un sentido de vida por el cual vivir, en los momentos más angustiosos, penosos o de dolor, sentirá la fortaleza de la esperanza, de ese sentido que trasciende la situación elevándola a un rango de realización, reto, crecimiento. Así, el caso de quien sufre una situación límite o conmocional como puede ser la muerte de un ser amado.

El valor de la vida, el sentido de ella, se puede encontrar por distintas vías:
a) A través de nuestras actividades: A veces alguien piensa, siente, que su vida no tiene valor porque su actividad carece de valor… Pues bien, no se trata del puesto o labor que alguien ejecute sino del cómo y para qué Es de más alta estima la vida de un barrendero, quien asume en conciencia su responsabilidad de limpiar la ciudad y atender a su familia, que la vida de un médico que no asume la responsabilidad de cuidar a sus enfermos y cumplir con su familia. Es conocida la historia de quien pregunta a dos trabajadores "¿Qué están haciendo? El primero, hostilmente le contesta: "¿Acaso no ve?, estoy picando piedras".  El segundo trabajador, feliz, le dice "Estoy construyendo la Catedral de Colonia"

b) El valor de las vivencias que nos ofrece la vida misma: Junto al valor que cobra la vida por nuestros actos, están los valores que Frankl llama “vivenciales”; valores que se “acogen” en el encuentro con el universo, con la naturaleza, con la vida misma…con la belleza de la naturaleza o de la obra de arte, con la presencia de la bondad de alguien, con Dios.  "No me siento orgulloso de lo que soy, no estoy orgulloso de lo que hago, me siento orgulloso de lo que amo..." (Carlos Lohlé) ¿Qué amas?
c) El valor de nuestra actitud ante las limitaciones o lo irremisible de la vida: En este caso se encuentran lo que hemos llamado en este curso “las situaciones límite”, cuando nos enfrentamos a una situación que no nos deja otra opción que enfrentarla tal cual.
        Nos hallamos siempre “en situación de…”, de enriquecer el mundo y el sentido de nuestras vidas con nuestros acciones; otras, enriquecernos a nosotros mismos con nuestras vivencias. Lo importante es captar, acoger el momento, la oportunidad para dar a la vida y para recibir de ella; ambos son deberes en ellos encontramos como se va realizando nuestro sentido… Así, no cumple con su deber quien da la espalda a la belleza del camino costero o al sonido de las gaviotas o colores y aromas de las flores que nos acompañan en nuestra ruta.
     Igualmente, debemos distinguir en la vida dos dimensiones distintas que se coordinan: la gran misión de nuestras vidas, trascendente a toda situación, vinculada talvez a la eternidad y el valor situacional o el sentido de cada situación u oportunidad que se ofrece como único momento para realizar a través de la vida cotidiana el valor que le trasciende. El gran y frecuente error, es dejar pasar esos momentos que como todo los momento son únicos… ¿Cuántas situaciones de vida hemos desperdiciado?
     "Para Yalom (1984) el sentido de la vida debe contemplarse desde una perspectiva que permita apreciar su desarrollo en el tiempo, pues los tipos de significado cambian a lo largo de la vida, se produce un cambio de prioridades y de valores a lo largo de la vida pues no aspira a conseguir lo mismo un niño, un adolescente, un adulto o un anciano. En cada época de la vida, se desarrollan predominantemente un tipo de valores. Algunos autores consideran que los experienciales alcanzan su máxima expresión entre los 13 y 15 años, los de creación alrededor de los 40-45 años y los de actitud sobre todo a partir de los 65 años. (...)
             La percepción precisa del self del mundo y el futuro son esenciales para la Salud Mental. Si uno tiene claro cuál es su papel en el mundo, muy relacionado con el sentido que da a su vida, y percibe el futuro de forma positiva (lo que también tiene relación con el sentido) es más probable que alcance y conserve su estabilidad mental. (...)  Para Frankl (1999) la carencia de significado es un indicador de desajuste emocional. La necesidad de sentido hoy en día no se satisface plenamente, pues son muchas las personas que sufren lo que Frankl llamó "vacío existencial", que consiste en vivir sin encontrar un sentido a la propia vida. Este "vacío existencial" es la principal característica de lo que Frankl denominó "neurosis noógena" (que serían un 20% de las neurosis).

            El deseo de significado se está frustrando a nivel mundial, pues va en aumento el número de personas que experimentas un sentimiento de falta de sentido que puede adoptar cualquier forma clínica neurótica con diferentes cuadros sintomáticos (alcoholismo, depresión, obsesión, etc.). Los síntomas, en estas neurosis, serían una manifestación de desviaciones en la voluntad de significado (Frankl, 1998).

            Existen diferentes manifestaciones de la carencia de sentido o vacío existencial: el "espíritu de cruzada o aventurismo" (abrazar de forma compulsiva una causa o actividad, independiente de su valor o contenido, como respuesta a la falta de propósito, lo que puede llevar al fanatismo); nihilismo (desacreditación de las actividades que los demás lleven a cabo, desesperación); "forma vegetativa" (que consiste en un estado de aburrimiento, con indiferencia y apatía que puede llevar a una depresión), etc. (Yalom, 1984)." 

    Teniendo presente lo expuesto sobre la identidad y antes, en la Unidad I, sobre la diversidad, veamos de qué forma podemos hacer uso de algunos filmes para llevar a la reflexión sobre sí mismo y sobre los demás, en vistas a conformar lo que muchos llaman "Una cultura para la paz" y que podríamos también llamar "Una cultura para la convivencia en justa diversidad"



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